El dengue en el mundo
En el mundo, 3 mil millones de personas viven en áreas tropicales y subtropicales donde se pueden transmitir las cuatro variedades o serotipos del virus del dengue (ver mapa). Cada año, de 50 a 100 millones de personas son infectadas a través de la picadura del mosquito hembra de la especie Aedes aegypti y otras similares, como el Aedes albopictus.
En las últimas décadas, el rápido crecimiento de las poblaciones urbanas, con malos servicios de saneamiento ambiental y falta de recursos adecuados para el almacenamiento de agua, ha favorecido la propagación de los mosquitos vectores. Al mismo tiempo, el incremento de los vuelos internacionales ha contribuido a la diseminación geográfica de los virus. Estos factores han llevado a un resurgimiento de las epidemias de fiebre del dengue, del dengue hemorrágico y del síndrome de choque por dengue. También ha incrementado la hiperendemicidad (cuando muy pocas personas de una misma comunidad quedan libres de infección) en muchos centros urbanos.
Actualmente, hay más de 100 países con epidemias de dengue y el número sigue en aumento. Sin una vacuna disponible y sin medicamentos específicos para tratarlo, el dengue provoca 24 mil muertes anuales y complicaciones serias en más de 500 mil personas. Esta enfermedad es una de las causas más frecuentes de hospitalización de niños en los países hiperendémicos, además de una carga financiera considerable para las familias con menores recursos.
En América Latina
En 2010, más de 1,8 millones de personas se enfermaron de dengue en América Latina, donde el número de casos se duplica cada año. La Organización Panamericana de la Salud considera al dengue uno de los principales problemas de salud pública en el continente americano.
La prevención y control del dengue en la región han seguido los modelos heredados de los programas verticales que en las décadas delos 60 y 70 pretendieron eliminar los vectores en las zonas urbanas y suburbanas con el uso de larvicidas como el temphos (no aprobado para uso en agua potable en Estados Unidos, donde se produce) e insecticidas como el DDT.
El impacto inicial de estas campañas creó la falsa impresión de quese lograrían reducciones importantes de los vectores; pero a medida que se frenó el financiamiento de estos programas, el Aedes aegypti y el dengue invadieron con más fuerza el continente americano. En los años 90, las estrategias de control empezaron a centrarse en la acción comunitaria, principalmente por el desglose de los programas verticales de control en la región, la descentralización de los sistemas de salud y la falta de personal técnico frente a la expansión geográfica de la enfermedad.
La falta de resultados sostenibles durante las últimas décadas nos llevan a pensar en maneras más innovadoras de involucrar a la comunidad en la lucha contra el dengue: Camino Verde es una de ellas.