Un Camino Verde para la prevención del dengue
Las políticas y programas tradicionales, centrados en el uso de larvicidas, no han logrado controlar la propagación del dengue y de su vector, el mosquito Aedes. La tendencia actual es hacia estrategias con base en la participación comunitaria, pero antes de Camino Verde no había evidencia concreta de que el involucramiento de la comunidad tuviera un impacto real sobre la enfermedad.
En 2011-2012, el Centro de Investigación de Enfermedades Tropicales (CIET) y la Universidad de California en Berkeley llevamos a cabo un estudio en Nicaragua y México, junto con socios usuarios en ambos países, con el fin de evaluar la eficacia de una movilización comunitaria para el control sostenible del Aedes sin dependencia de productos químicos. Decimos que esta iniciativa es un Camino Verde para la prevención del dengue. Se trata de un estudio que comparó resultados serológicos y entomológicos en sitios urbanos y rurales (que llamamos de intervención) donde se llevaron a cabo visitas domiciliarias y actividades comunitarias sustentadas en evidencia proveniente de una encuesta de línea de base, y otros sitios (que llamamos de control) donde no se hizo esta intervención.
Este tipo de estudio comparativo se denomina ensayo controlado aleatorizado por conglomerados, porque los sitios o conglomerados se asignan de manera aleatoria a intervención o control, equilibrados según el área y el estado entomológico e inmunológico de los niños. Unas 100 mil personas participaron de la intervención en los dos países. El ensayo fue financiado por la UBS Optimus Foundation.
Los resultados del ensayo Camino Verde fueron publicados en inglés en la revista BMJ (British Medico de 2015al Journal) en juli: http://bmj.com/cgi/content/full/bmj.h3267.
Una versión del artículo en español se encuentra aquí.
Evidencia para la acción
En este ensayo aplicamos lo aprendido en un ejercicio piloto en Nicaragua (2004-2007), durante el cual empleamos la movilización a partir del diálogo informado con los miembros de las comunidades. El diálogo giró en torno de las experiencias de los vecinos y de datos recogidos en sus propios barrios. Esta evidencia incluye:
- Datos de cuestionarios sobre conocimientos, actitudes, normas subjetivas, percepción de autoeficacia, discusión familiar y vecinal, y acciones preventivas;
- Encuestas entomológicas que identifican las larvas y pupas del Aedes en los hogares de los participantes;
- Evidencia serológica para detectar infecciones del virus del dengue en niños, obtenida mediante el análisis del cambio en niveles de anticuerpos específicos para el dengue en la saliva de los niños.
Estos datos no sólo se usaron para medir el impacto de la intervención, sino que también se compartieron y discutieron con las comunidades mediante visitas hogareñas y grupos focales para facilitar la toma de decisiones con base en la evidencia. Llamamos a este proceso socialización de la evidencia para la acción participativa o SEPA. Se trata de una metodología de comunicación de la evidencia que el CIET ha aplicado en numerosos proyectos y en distintos países.
Pequeños equipos de investigación y acción comunitaria locales (que llamamos “brigadas”) en México y Nicaragua recibieron formación en el control de vectores sin pesticidas. La intervención consistió en regresar a cada hogar para informar a sus miembros de los resultados de la encuesta, incluyendo los de las muestras de saliva. Contactamos a informantes claves de la comunidad y organizamos una serie de grupos de discusión con líderes comunitarios, ciudadanos adultos, docentes y niños. Los brigadistas visitaron a todos los hogares para explicar la amenaza del dengue y el ciclo de vida del mosquito Aedes aegypti, y para acompañar a los miembros de los hogares para examinar todos los contenedores de agua en la propiedad para buscar larvas y pupas. Los brigadistas también ayudaron a organizar actividades comunitarias, eventos y publicidades para concientizar a la gente sobre el dengue y cómo controlarlo.
En 2012-2013, medimos los cambios en el estado inmunológico y la presencia de pupas y larvas, tanto en los sitios de intervención como de control.